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Karma

Karma

¿Qué es el Karma? El Karma es la palabra sánscrita para ‘acción’. Es equivalente a la ley de Newton de ‘que cada acción debe tener una reacción’. Cuando pensamos, hablamos o actuamos, iniciamos una fuerza que reaccionará en acuerdo. Esta fuerza que regresa o devuelve se puede modificar, cambiar o suspender, pero la mayoría de las personas no serán capaces de erradicarla.

Esta ley de causa y efecto no es castigo, sino que es totalmente para el bien de la educación y el aprendizaje. Una persona no puede escapar las consecuencias de sus acciones, sino que sufrirá solamente si ella misma ha hecho que las condiciones maduren para su sufrimiento. Si ella continuara actuando en tal forma que la retribución no podría surgir, porque las condiciones no son apropiadas, entonces puede que se posponga el resultado de su karma.

Si la persona puede suspenderlo hasta que esté en el mundo espiritual, entonces puede trabajar en ese karma en particular en este intermedio entre la muerte y la próxima vida. O puede que espere hasta la otra vida en la cual está más desarrollada y pueda buscar mejor el valor educacional de esta retribución. A la inversa, su vida podría ser tan vaga que las bendiciones causadas por ella no pueden fructificar hasta más tarde en una vida posterior. Todo esto cae en la categoría de posponer del karma a un período o vida más propicia.

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¿Cómo se causa el Karma?

De todos los seres sintientes, nosotros los humanos somos los únicos que poseemos la auto-consciencia. Eso significa que comenzamos a preguntar: ¿quién soy yo? ¿Desde aquí a dónde voy? Entonces comenzamos a comprender lo correcto de lo incorrecto para el establecimiento del ‘yo’ y el egoísmo. Por tener libre albedrío podemos llegar a ser egoístas. Si todo fuera destinado, entonces seriamos robots sin responsabilidad. Este es problema. Con el karma como la ley que nos guía, debemos ser totalmente responsables de nuestras acciones. Eso significa que tenemos que sufrir las consecuencias de nuestros pensamientos, palabras y acciones, ya sean sanos o insanos. Los humanos auto-conscientes son ahora capaces de tener conceptos con los cuales pueden planear su futuro en el lado material de las cosas. Planear significa intención. Y es la intención la que cuenta para la mayor parte de la producción de karma. Si la intención de uno fuera saludable, entonces el karma producido sería bueno aunque el resultado sea negativo. Si la intención fuera mala o diabólica, entonces el karma producido sería malo, aunque el resultado sea beneficioso.

El próximo punto a considerar es que no cada acción produce karma o es karma-productiva. Por ejemplo, uno sabe que la copa contiene veneno, y si uno cree que va a tener suerte y ese veneno no le va a afectar, entonces uno se toma el veneno. El resultado será fatal. Esto no es karma; es estupidez. Similarmente, pensar que el destino de uno es tan bueno y poderoso y salta de un tercer piso de un edificio. La gravedad lo matará. Esas reacciones químicas (del veneno) y la gravedad, que dan resultados inmediatos, no son de naturaleza kármica. El karma usualmente toma lugar por ninguna razón aparente, porque la causa puede que se haya originado en vidas previas. No podemos recordar la conexión. Por supuesto en este mundo veloz, el karma nos regresa muy rápido. Por ejemplo, un joven que comienza a acumular sus millones a través de giros y tratos con métodos desagradables, devino multimillonario cuando llegó a los cincuenta años de edad. Pero el cambio y agitación de la moneda en su región le devastó completamente en seis meses. Este es su karma regresando como un bumerán. Terminó en bancarrota y pudo haber ido hasta la cárcel por sus negocios ilegales. Por supuesto, si su karma se llevara a la próxima vida, él lo consideraría como mala suerte durante su vida, porque no ve la conexión.

Extraído del libro “La ley universal del Karma”, Dr. Tan Kheng Khoo.
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