La energía está en aquellos objetos que no sospechamos, en aquellos que vemos y que llama nuestra atención. Estos objetos tenemos la necesidad de que nos acompañen, porque nos confieren esa seguridad y positividad. Nos llenan de una luz que nada, ni nadie nos aporta.
Es esta energía la que vemos claramente en el color, y en la forma de las gemas que llevamos. Éstas son como escudos para seguir avanzando. En las civilizaciones antiguas de Egipto, Grecia, Roma, China e India, las gemas se consideraban objetos poderosos con propiedades místicas y curativas. Ente los poderes asociados con las gemas están equilibrar y armonizar la energía del cuerpo, así como para mejorar la meditación y la conexión espiritual. La unión de las gemas con nosotros es la que nos aporta esa fuerza para seguir hacia delante día a día.
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